Por: Juan Garduño
La sociedad se da golpes de pecho con la “censura” que sufren “periodistas” como Carlos Loret de Mola y Víctor Trujillo “Brozo” por parte del gobierno actual; sin embargo, poco se dice de los catorce periodistas que han sido asesinados este año. Mientras aquellos se anuncian a catorce columnas, éstos murieron en el olvido y sin ser reconocidos por su trabajo. La parafernalia televisiva sigue moldeando la opinión pública haciéndonos olvidar la profunda problemática en la que se encuentra inmersa nuestra sociedad. Los medios alternativos e independientes, además de tener que sobrevivir con sus escasos ingresos, sufren el acoso de distintos grupos delictivos, incluyendo a los propios políticos que los atacan cuando son denunciados en el ejercicio indebido de su cargo público, un ejemplo es el de Lidia Cacho.A partir del sexenio de Felipe Calderón, México se ha convertido en uno de los lugares más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo, incluso más respecto de los países que están en guerra. El caso de Carmen Aristegui mostró la intolerancia gubernamental contra la prensa libre. Por otra parte, el “Toallas-gate” fue en el sexenio de Fox el escándalo de los que “eran diferentes”. Este tipo de reportajes, que investigan cómo se gasta el erario, resultan bastante incómodos para muchos políticos. Claramente, esto nunca aparece en los medios masivos de comunicación, sino hasta que se hace inevitable. La autora de este reportaje, Anabel Hernández, está exilada en Italia, con su familia, para proteger su integridad.
En el sexenio de Enrique Peña Nieto no fue diferente la suerte de los periodistas independientes. El número de asesinados no redujo, sino que continuó, en particular en el Estado de Veracruz. Actualmente, en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador continua esta tendencia. Mientras no se resuelvan los asesinatos y permanezca la impunidad, esto seguirá ocurriendo. Como sociedad deberíamos preocuparnos, pues esto atenta contra la libertad de expresión y nuestro derecho a estar informados.
